miércoles, mayo 07, 2008

La bendita indiscreciòn


Este ha sido un tiempo extraño, pues desde algùn tiempo hasta ahora varios de mis amigos han sufrido pèrdidas amorosas y ahora me tocò a mi. Sin embargo, y aunque suene facilista, la experiencia aunque sea ajena sirve para no cometer los mismos errores.

Hoy le comentaba a una amiga que agradecìa sus consejos, pero màs que sus consejos agradecìa sus indiscreciones pues ellas me permitieron anidar esa sensaciòn extraña de tranquilidad que da el despecho, el orgullo herido o como quieran llamarlo.

Bueno, toda esta introducciòn es solo para decir que bastò el comentario indiscreto de mi amiga que me contò de aquel comentario que hiciera el amigo de mi ex para que a mi se me calmara toda la angistia que sentìa por su ausencia. Lo màs curioso, es que el comentario ya me lo imaginaba pero no tenìa la certeza que aquello habìa ocurrido y como ahora ya lo se, es màs fàcil olvidar.

Y por què es màs fàcil. Bueno, eso es simple. Porque es mucho màs fàcil olvidar a quien no te merecìa que olvidar a quien pensaste podìa compartir tus noches y dìas futuros.

Hoy la calma ha regresado, hoy puedo nuevamente regresar sola a casa despuès del trabajo y sentarme relajadamente en mi cama, mirar el techo de mi habitaciòn y sentir la alegrìa de ser quien soy, de estar donde estoy y de saber que no importa quien te deje...son siempre ellos los que pierden.

viernes, mayo 02, 2008

Dìa 1


No se cuànto me durarà esto de contar los dìas, supongo que hasta que ya no sea tema y lo haya olvidado. Por ahora, sin embargo no puedo hacer otra cosa que verbalizar los miles de pensamientos, frases, momentos, recuerdos que dan vueltas por mi cabeza, la mayorìa buenos y hermonos pero que en este momento no sirven de mucho.

En fin, para resumir el cuento, las ùltimas horas he intentado entender lo què pasò, cerrar el ciclo y volver a partir. Se que es mucho para un par de dìas pero lo que odio de estos procesos es la lentitud con la que ocurren.

No tengo mucho que decir, solo contar que entendì el fondo del asunto y claramente no era otro que èl ya no me quiere, no al menos el cariño necesario para seguir con una relaciòn. Razones, muchas pero ninguna màs importante que la falta de amor. Frente a eso obviamente ya no puedo hacer nada, asì que como dijo la gran Cristina, agarrè los mil pedazos de mi corazòn que volaron por el cuerto y salì del lugar. Claro que yo no tenìa un sombrero para tapar el gran agujero que habìa quedado en mi pecho, asì que tuve que salir asì no màs, esperando que la gente no se diera mucha cuenta de tan triste espectàculo. Hoy al menos puedo intentar ocultarlo, con algo de racionalidad y de un poco de la experiencia que he obtenido con los años. Hoy intento retomar el vuelo, luego de haberme estrellado contra una muralla a 21o kilómetros por hora. Estoy aporreada y adolorida por ciento pero no puedo esperar que las heridas sanen, debo emprender viaje antes que la tristeza y la melancolìa me alcancen, debo retomar el control de mi vida, debo seguir camino aunque las heridas aùn me sangren. Hoy no tengo tiempo que perder, el desafìo es muy grande y las posibilidades de quedarme pegada a la muralla y de no poder seguir andando son enormes. Por eso no puedo sentarme a llorar y lamer mis rasguños, hoy no puedo, serìa un suicidio. Hoy solo debo entender lo ocurrido, debo enmendar los errores, debo comprar plasticina y tapar el enorme hoyo en mi corazòn y debo seguir caminando, hasta que un dìa pueda de nuevo emprender el vuelo.